Combatir las enfermedades cardiovasculares, la presión arterial alta, el colesterol malo, e incluso prevenir el Alzheimer, serían algunos de los beneficios que nos aporta el consumo de nueces. La ingesta de este fruto seco beneficia nuestra salud por su elevado contenido de ácidos grasos Omega-3 y Omega-6, así como de vitaminas del grupo B, sobre todo de ácido fólico, y por su contenido en Apolipoproteína B, proteína que participa en la movilización del colesterol alrededor del cuerpo.
Según la
Fundación Española de la Nutrición (FEN)
, «las nueces son un Fruto seco procedente del árbol del nogal, originario de Persia, cuya almendra interior ofrece una carne abundante y suculenta. Su sabor es muy particular y permanece en el paladar por espacio de algunos minutos después de haberla consumido. Se trata de un fruto oleaginoso con un alto contenido de agua, proteínas, grasas e hidratos de carbono, al margen de un 60% de aceite y además está catalogada como un alimento completo».
Así, las nueces son un alimento muy completo, rico en ácidos grasos Omega-3 de origen vegetal, muy importantes en nuestra dieta por sus propiedades anti-inflamatorias, razón por la cual, ayudan en el tratamiento de la artritis reumatoide, así como en el de la psoriasis. Otro de los ácidos grasos que contienen las nueces es el Omega-6, importantísimo para la salud femenina pues reduce las molestias del síndrome premenstrual y los síntomas de la menopausia.
Además de las grasas beneficiosas que nos aportan, las nueces son una gran fuente de proteína vegetal, indispensable si practicas el vegetarianismo. Una ración de 20 gramos de este fruto aporta el 9% de la ingesta diaria recomendada de fósforo, magnesio, selenio, potasio, hierro, zinc, y calcio en menor cantidad. En el caso de los vegetarianos, es recomendable que consuman las nueces combinadas con cereales, pan de nueces por ejemplo, así suplen su falta de metionina -aminoácido esencial-, obteniendo así una proteína parecida a la de la carne.
Una revisión sistemática de
26 ensayos clínicos de la Universidad de Harvard
, realizados a lo largo de 25 años y del que se tomó una muestra aleatoria de 1059 personas de entre 22 y 75 años de edad, algunas de ellas con colesterol alto, diabetes tipo 2, sobrepeso, obesidad, hipertensión y otras sin ninguna de estas dolencias, se concluyó que: Aquellos que ingirieron una dieta enriquecida con nueces (entre 14 y 120 gramos al día) redujeron significativamente el colesterol alto y los triglicéridos, una de las grasas que aumenta el riesgo de enfermedades del corazón.
También se ha descubierto que el consumo de nueces protege a las células cerebrales del daño oxidativo, lo cual es un gran avance para la prevención y ataque de las enfermedades neurodegenerativas. Un artículo publicado en la
'Neurochemical Research'
, revista científica mensual, sugiere: “El extracto de nueces (el fruto seco, excepto su fibra) tiene efectos protectores contra el estrés oxidativo y la muerte celular que se producen en el cerebro de los enfermos de Alzheimer”.
Otra de las razones por las que a veces no comemos nueces, es por el temor a subir de peso, sin embargo, entre las personas que participaron en los ensayos clínicos de la Universidad de Harvard, y que consumieron nueces a diario, todas mantuvieron su peso, así como niveles aceptables en su presión arterial, o sea que si queremos protegernos de enfermedades cardiovasculares y neurodegenerativas: ¡A comer nueces todos los días! |