| Acidez y alcalinidad, son dos conceptos de los cuales depende el buen estado de nuestro organismo y en consecuencia, la posibilidad de vivir alejados de enfermedades y patologías, como el cáncer y la obesidad.
La modernidad que ha llegado a la alimentación desde hace unas décadas, comercializa productos llenos de sustancias cuyo único objetivo es convertirnos en consumidores esclavos de azúcares, conservantes, colorantes y otros elementos nocivos para nuestra salud.
Es muy preocupante reconocer que casi todo lo que resulta atractivo para la mayoría de consumidores, acidifica nuestro organismo y en consecuencia, nos enferma. Y todo lo podríamos evitar si nos alimentásemos de manera adecuada.
El estado natural de nuestro cuerpo es ligeramente alcalino. Si sabemos alcanzar el equilibrio, nos mantendremos sanos pues no permitiremos la creación de un clima favorable para el desarrollo de virus, ni de bacterias.
Por el contrario, un cuerpo ácido, es un cuerpo enfermo o con muchas posibilidades de estarlo, porque la sangre, las células y los órganos, al vivir en un entorno hostil, se defienden a pesar de comprometer sus propias funciones.
Mantener un pH neutro (7,4) le permite a nuestra sangre llevar a todas las células los materiales nutritivos que necesitan y eliminar los residuos tóxicos -ácidos- producidos por la transformación de dichos nutrientes. Además, a través del proceso de respiración celular, las células reciben parte del oxígeno que necesitan.
Para tener un cuerpo alcalino necesitamos hacer 5 cosas:
1) Introducir en nuestra ingesta diaria, más alimentos alcalinizantes –ricos en potasio, magnesio y/o calcio– y menos alimentos ácidos. Así, el cuerpo no tendrá que 'robar' minerales para poder alcalinizar la sangre.
Alimentos alcalinos: patata, lechuga, pepino, coles de Bruselas, espinacas, algas, limón, bayas de Goji, aguacate, ajo, té verde, jengibre y almendras crudas.
Alimentos ácidos: café, alcohol, bebidas gaseosas, frituras, azúcar refinado, harina blanca, zumo de frutas envasado, chocolate, mermelada, leche, arroz, carne roja y frutas en general.
2) Ejercicio físico. Los cuerpos sedentarios realizan las funciones metabólicas con mucha más lentitud. El deporte -adaptado a nuestras condiciones y edad- mantiene al organismo activo, permitiendo una más veloz combustión de toxinas y residuos.
3) Depuración. Es necesario limpiar y drenar nuestro organismo. Esto se debe hacer tanto por vía interna -a través de plantas depurativas de nuestro hígado y riñón- así como por vía externa, a través de baños termales semanales, que nos los podemos dar en la bañera de casa poniendo dos kilos de sal por media bañera llena de agua (100 l).
4) Hidratarse también es muy importante. Nuestras células viven dentro de nuestro cuerpo rodeadas de agua, consumir mucha agua es la manera en que las células siempre estén 'nadando' en una 'piscina' limpia.
5) Equilibrio emocional. Según la Organización Mundial de la Salud, gozar de buena salud no sólo se cuenta a partir del estado físico de las personas, también cuenta el aspecto psíquico, así como el vivir en un entorno que nos ofrezca unas buenas condiciones de vida. |
ADVERTENCIA:
Frente a cualquier dolencia o problema de salud, consulta de inmediato a tu médico. |
|
|